La inversión, anunciada este jueves 18 de septiembre, marca la colaboración más significativa hasta la fecha entre Nvidia, la empresa de semiconductores más valiosa del mundo, e Intel, que ha estado luchando por recuperar terrenos tras años de pérdidas y oportunidades perdidas.
Hace un mes, la Casa Blanca confirmó su intervención sin precedentes en Intel, y el presidente estadounidense Trump declaró que era un 'imperativo estratégico' asegurar la cadena de suministro de chips de Estados Unidos.
El director ejecutivo de Nvidia, Jensen Huang, declaró:
'Esta colaboración histórica une estrechamente la inteligencia artificial y la computación acelerada de Nvidia con las CPU de Intel y el vasto ecosistema x86, una fusión de dos plataformas de clase mundial. Juntos, ampliaremos nuestros ecosistemas y sentaremos las bases para la próxima era de la informática'.
Nvidia anunció la compra de acciones ordinarias de Intel por valor de 5 mil millones de dólares a 23.28 dólares por acción, sujeto a la producción regulatoria.
Tras el cierre de los mercados, las acciones de Intel subieron casi un 23 por ciento, su mayor subida en un solo día desde 1987, mientras que las de Nvidia subieron más del 3 por ciento, elevando su valor de mercado a 4 billones de dólares.
Según el acuerdo, Intel diseñará chips personalizados para las plataformas de infraestructura de inteligencia artificial de Nvidia, a la vez que integrará la tecnología de Nvidia en sus productos para computadoras personales. Ambas empresas afirmaron que su objetivo es conectar sus arquitecturas a la perfección.
Para Intel, esta colaboración supone un salvavidas muy necesario. Alguna vez pionera de la industria, la compañía dominó el auge de las computadoras personales, pero tropezó tras perderse la revolución móvil que desencadenó el iPhone de Apple en 2007.
Desde entonces, se ha quedado aún más rezagada ante el rápido auge de la IA, un área donde las unidades de procesamiento gráfico (GPU) altamente especializadas de Nvidia se han convertido en el estándar global.
Intel reportó pérdidas de casi 19 mil millones de dólares el año pasado y otros 3 mil 700 millones en el primer semestre de 2024, advirtiendo que recortaría aproximadamente una cuarta parte de su plantilla para finales de 2025.
En contraste, Nvidia, se disparó gracias a la demanda de GPU que impulsan todo, desde chatbots hasta supercomputadoras.
La inversión convierte a Nvidia en el segundo mayor inversor que apoyó a Intel en los últimos meses.
En agosto, el gigante tecnológico japonés SoftBank prometió 2 mil millones de dólares por una participación del 2 por ciento después de que surgieran los primeros informes de que Washington estaba considerando una intervención directa.
Esa participación gubernamental se materializó el mes pasado, cuando Trump, de 79 años, confirmó que la administración había comprado el 10 por ciento de Intel para 'proteger el futuro de Estados Unidos en IA y defensa nacional'.
Trump ya había amenazado con aranceles del 100 por ciento a los chips importados e impulsado un acuerdo de exportación con Nvidia y su competidor AMD que permitía la venta de procesadores de IA de menor escala a China, con la condición de que el 15 por ciento de los ingresos se devolviera al Tesoro estadounidense.
Los analistas del sector afirmaron que la decisión de Nvidia reforzó su dominio.
Dan Ives, analista tecnológico de Wedbush, declaró:
'Con el continuo crecimiento de las inversiones en infraestructura de IA, el panorama de los chips sigue siendo el mundo de Nvidia, con todos los demás pagando alquiler, mientras más gobiernos y empresas hacen cola para obtener los chips más avanzados del mundo'.