"Muchas personas son incapaces de resistir la tentación de mirar sus teléfonos por puro hábito y esto ha acabado por convertirse en un verdadero problema en nuestras carreteras, sobre todo porque sabemos que no existe ningún tipo de forma de detectar su uso de forma remota. Este nuevo sistema no puede distinguir a un conductor del pasajero de un autobús, por ejemplo, pero se trata de un paso más en la dirección correcta. Con suerte, esta costumbre se convertirá en algo que genere el mismo rechazo social que beber y conducir", apuntan desde la firma.
Su objetivo será, por tanto, generar un efecto disuasorio al emitir una orden para que se encienda una señal luminosa cercana en la que aparecerá un teléfono tachado con una equis roja que recordará a quienes infrinjan la normativa vial lo erróneo de su conducta.