En un primer momento, la compañía se limitó a reconocer públicamente los fallos que estaban experimentando sus servidores con el siguiente comunicado: "Somos conscientes de que algunos usuarios están teniendo problemas para acceder a las aplicaciones de la familia Facebook. Estamos trabajando para devolver la normalidad al servicio con la mayor rapidez posible", explicaba un portavoz.
Posteriormente, y al tiempo que numerosos internautas recuperaban poco a poco el control sobre sus cuentas, la firma dirigida por Mark Zuckerberg se ponía una vez más en contacto con los medios especializados para informar de las causas de la interrupción del servicio: una incidencia localizada en uno de sus sistemas centrales de software.
"Investigamos con rapidez, empezamos a devolver el acceso a las diferentes plataformas y ahora estamos monitorizando el servicio para asegurarnos de que el problema ha sido completamente resuelto. Sentimos mucho los inconvenientes causados", reza la segunda nota compartida por Facebook.