De esta forma, la multinacional estadounidense ha prohibido tajantemente la publicación de cualquier ejemplo de propaganda política concebida para orientar el sentido del voto, y ese veto se hará extensivo tanto a su famoso buscador como a cualquier herramienta y aplicación del entorno de Google que cuente con espacios publicitarios.
"Siguiendo los principios generales de nuestra nueva política sobre la integridad de los procesos electorales, hemos decidido pausar temporalmente la publicación de anuncios ligados al referéndum que tendrá lugar en Irlanda este mes sobre la vigencia de la Octava Enmienda [de la constitución del país]", ha explicado un portavoz de la firma a diversos medios de comunicación irlandeses.
Dadas las críticas que, por otro lado, ha venido recibiendo la red social de Mark Zuckerberg por el papel -directo e indirecto- que ha venido jugando a la hora de propiciar fenómenos como el Brexit o la elección del actual mandatario estadounidense, Donald Trump, resulta comprensible que Facebook fuera la primera empresa global, y dependiente de anunciantes, que anunciara su propósito de no intervenir bajo ningún concepto en una consulta tan crucial para el futuro de millones de mujeres en la isla esmeralda.