El golfista chileno cree que ha mejorado su juego centrándose en un solo aspecto y, al principio, sin preocuparse por su posición al impactar la bola.
Explicó a la revista Bunkered: “La clave para lograr mayor distancia es acostumbrar el cuerpo a un swing rápido. Hay que dedicar tiempo al campo de prácticas. Cada vez que practiques, seas amateur o profesional, debes dedicarle 15 minutos. Un jugador como Bryson podría pasar una hora intentando golpear la bola con todas sus fuerzas, sin importarle dónde vaya”.
“Solía intentarlo en cada sesión. Practicaba golpeando al menos 20 o 30 pelotas con todas mis fuerzas. Ahí es donde he ganado 16 km/h en los últimos tres años. No importa si mantienes el equilibrio, si tus pies se tuercen o lo que sea. Al principio, no te preocupes por dónde va la pelota”, añadió.
A partir de ahí, Joaquín ha podido concentrarse en su equilibrio para “mantener la posición final”: “Para empezar a transferir esa velocidad a una mayor consistencia, me gusta sentir que puedo golpearla con todas mis fuerzas, pero también intento mantener la posición final. Tengo que mantener una posición final inestable e intentar mantenerme en el aire, sabiendo que mis pies no se van a mover. Si puedes mantener la posición final, tienes el control durante todo el movimiento”.