El boxeador de 46 años, quien fue encontrado muerto en su casa a principios de este mes, colgó los guantes en 2012, pero se preparaba para pelear contra Eisa Al-Dah en diciembre al momento de su fallecimiento. Su mánager de muchos años, Paul Speak, explicó que Ricky no buscaba un regreso completo a la lucha libre.

Declaró a la revista Boxing News: "Siempre decía que si llegaba la oferta adecuada, la aceptaría. Le preguntaron si quería pelear contra Eisa Al-Dah y el CMB dijo que buscarían un cinturón para la pelea, ya que querían elevar el perfil del boxeo en Oriente Medio”.

"Revisamos su historial y vimos que tiene una edad similar. Sería una pelea única.

No lo hacía por dinero. Sería bueno para su salud y quería hacerlo por la emoción y terminar su carrera con una victoria”, añadió.

Paul, quien trágicamente encontró el cuerpo de Ricky, se ha sentido conmovido por la cantidad de personas que han estado en contacto desde la muerte de su amigo: “Pasé mucho tiempo con él y llegué a conocerlo mejor que mucha gente.

Siempre me contaba si algo le preocupaba. Siempre solía decir: si tienes un problema, habla con alguien. En las últimas semanas, no hubo nada importante que me preocupara”.

“Mucha gente se ha puesto en contacto. Es muy conmovedor pensar que tanta gente se preocupaba por él. Todavía estoy descubriendo todas las cosas buenas que hizo y a la gente a la que ayudó”.