Un nuevo estudio titulado 'El inesperado coste de las experiencias extraordinarias' -'The Unforeseen Cost of Extraordinary Experience', en su título original- asegura que en realidad solo nos molesta escuchar las anécdotas sobre las escapadas de nuestros amigos y conocidos cuando ellos han disfrutado de algo nuevo y desconocido para nosotros, bien sea un safari o un tipo nuevo de cocina. Irónicamente, el narrador no suele percatarse del enfado de su interlocutor mientras habla de sus andanzas por el mundo, que en lugar de contribuir a contagiar el efecto positivo de esos días de ocio sobre su estado emocional solo consigue disgustar a la otra persona.
La clave para decidir con quién compartimos o no los detalles de una escapada al extranjero, por ejemplo, pasa por analizar si ha visitado un país similar o el mismo y puede por tanto identificarse con nuestro relato y participar en la conversación compartiendo las suyas propias.
La conclusión general que se puede obtener del estudio es, una vez más, que valoramos los recuerdos y el aprendizaje por encima de las posesiones materiales, lo que explicaría que en los últimos años el sector del turismo de aventuras haya experimentado un increíble crecimiento debido a que los turistas prefieren apostar por la autenticidad y lo inesperado en sus travesías.