El gobierno de Noruega impuso a principios de este año normas estrictas sobre la proximidad a la que los barcos de expedición pueden acercarse a los animales (inicialmente fijadas en 500 m [1640 pies]). Sin embargo, el líder de la expedición y fotógrafo Paul Goldstein considera que las restricciones son demasiado severas.

Goldstein declaró en el podcast de viajes de The Independent: "Este es un ejemplo clásico de lo que yo llamo 'fascismo conservacionista'. He dirigido chárteres de barcos pequeños en la región desde 2004. Nunca he presenciado un solo incidente en el que los turistas intimiden o afecten el comportamiento de los osos polares. Si recuerdan a esos investigadores y científicos, tuvimos que escuchar sus disparates durante la COVID-19 mientras paralizaban el mundo, ebrios de publicidad”.

"Estos payasos son exactamente iguales. Su lema es muy simple: 'No estamos contentos hasta que ustedes no lo estén’”, añadió.

La ley afecta al archipiélago ártico de Svalbard, que atrae a turistas deseosos de observar la vida silvestre, y los infractores se enfrentan a hasta cinco años de prisión si se han causado daños ambientales sustanciales o existe el riesgo de que se produzcan.

Andreas Bjelland Eriksen, ministro de Clima y Medio Ambiente, declaró: "El cambio climático está provocando condiciones más difíciles para los osos polares en Svalbard. Es importante que puedan buscar alimento, cazar, descansar y cuidar a sus cachorros sin interferencias humanas. Mantener una distancia adecuada también garantizará que no surjan situaciones peligrosas y que los osos polares no se acostumbren a los humanos con el tiempo”.