Las Islas Baleares solo permitirán 20.168 vehículos utilizados por no residentes durante la temporada alta de verano, del 1 de junio al 30 de septiembre, para intentar combatir la sobreexplotación turística.
Hasta 16.000 de estos vehículos podrán ser de alquiler, mientras que los 4.108 restantes serán para turistas que viajen en ferry a la isla con su propio vehículo.
Los turistas que deseen llevar su propio vehículo a Ibiza deberán obtener un permiso con un costo de 1 euro al día.
Los propietarios de caravanas deberán presentar un comprobante de reserva de camping y no podrán entrar en Ibiza si planean acampar libremente en la cuneta de la carretera. Ibiza tiene tan solo 160.000 habitantes, pero recibe más de tres millones de turistas al año, lo que aumenta la circulación de coches y genera congestión en toda la isla.
Este destino mediterráneo ya ha sido escenario de protestas contra el turismo, ya que los residentes locales se han quejado de que este sector ha provocado que la vivienda se vuelva inasequible. Más de 1.000 personas salieron a las calles el año pasado en protesta.
Ibiza ya ha tomado medidas para prevenir la ebriedad y el bullicio en un destino conocido por su ambiente festivo. En San Antonio, ya no se permite beber en la calle. Los comercios que venden alcohol deben cerrar entre las 21:30 y las 8:00, y se pueden imponer multas de hasta 1.500 € si se altera la tranquilidad con el consumo de alcohol.