En un memorando interno obtenido por The Wall Street Journal, Altman informó a los empleados que OpenAI retrasaría varios productos futuros y reasignaría personal para que la compañía pudiera centrarse por completo en mejorar la experiencia diaria de ChatGPT.
Según se informa, esto incluye respuestas más rápidas, mayor personalización, mayor fiabilidad y la capacidad de gestionar una gama más amplia de preguntas, áreas en las que Gemini de Google está ganando terreno rápidamente.
El auge de Google está claramente desconcertando a OpenAI, ya que el último lanzamiento de Gemini superó a OpenAI en los índices de referencia del sector, lo que provocó un aumento en el precio de las acciones de Google.
Gemini está experimentando un crecimiento explosivo de usuarios, con un aumento de usuarios activos mensuales de 450 millones en julio a 650 millones en octubre, impulsado en parte por su generador de imágenes virales Nano Banana.
Altman también señaló la creciente presión de Anthropic, que continúa ganando terreno entre los clientes empresariales.
Para OpenAI, lo que está en juego es colosal, ya que la compañía se ha comprometido a invertir cientos de miles de millones de dólares en futuros centros de datos y debe aumentar drásticamente sus ingresos para cubrir dichos costos.
Según proyecciones internas, OpenAI necesitará alcanzar los 200 mil millones de dólares anuales para 2030 para obtener ganancias, lo cual es un reto enorme para una startup que compite contra gigantes con una cartera de efectivo enorme como Google.
Como parte de este cambio de rumbo, se dice que OpenAI está pausando el trabajo en anuncios, compras y 'agentes de IA' centrados en la salud, así como en su proyecto de asistente personal, Pulse.
Según se informa, se están reorganizando los equipos, se están implementando llamadas diarias de progresos y el análisis ahora es único: recuperar la posición de ChatGPT.
Aún así, Altman se mostró confiado al decir que la nota decía que OpenAI revelará la próxima semana un nuevo modelo de razonamiento que supera al último Gemini de Google, una señal, argumentó, de que la compañía no ha perdido su ventaja.