Durante una audiencia de alto perfil en el Tribunal General de Luxemburgo, el abogado de Apple, Daniel Beard, argumentó que los requisitos de interoperabilidad y acceso de la DMA amenazan la privacidad, la seguridad y la protección de la propiedad intelectual de los usuarios.
Beard declaró ante el tribunal:
'La legislación ignora la protección de los derechos de propiedad y las cuestiones de privacidad y seguridad, que son vitales para los ciudadanos de la UE'.
La DMA, introducida en 2023, tiene como objetivo frenar el dominio de los 'guardianes' de las grandes tecnológicas, como Apple, Google, Amazon, Meta y Microsoft, obligÔndolas a abrir sus plataformas a la competencia.
La ley exige a las empresas permitir la interoperabilidad con hardware y software de la competencia, compartir datos con terceros y garantizar que los usuarios puedan desinstalar aplicaciones preinstaladas o cambiar libremente a los servicios predeterminados.
Apple estĆ” impugnando la ley en tres frentes clave: nuevas normas de interoperabilidad que exigen que los iPhones funcionen a la perfección con hardware de terceros, como auriculares o relojes inteligentes; la inclusión de su App Store en el Ć”mbito de aplicación de la DMA; y una investigación sobre si iMessage tambiĆ©n deberĆa estar bajo el Ć”mbito de aplicación de la regulación.
El abogado de la Comisión Europea, Paul-John Loewenthal, replicó que el dominio de Apple le permite dictar las condiciones a desarrolladores y consumidores.
Afirmó:
'Solo Apple tiene las llaves de ese jardĆn amurallado. Decide quiĆ©n entra y quiĆ©n puede ofrecer sus productos y servicios a los usuarios de iPhone. Y mediante ese control, Apple ha acaparado a mĆ”s de un tercio de los usuarios europeos de smartphones'.
El caso de Apple supone la prueba legal mÔs importante hasta la fecha para la histórica ley tecnológica de la UE, que ya provocó multas multimillonarias para Apple y Google.
Un fallo a favor de Apple podrĆa debilitar el poder de la DMA, pero una derrota podrĆa transformar la forma en que las empresas tecnológicas mĆ”s grandes del mundo operarĆ”n en Europa en los próximos aƱos.