El centrocampista de 33 años fichó por el club coreano en febrero de 2024 y recientemente jugó su último partido, pero cree que ha cambiado enormemente su tiempo con el equipo, del que fue capitán.
Declaró al periódico The Guardian: "Siento que ahora soy más maduro, más responsable".
A pesar de las diferencias culturales, Jesse se adaptó bien a la vida en el club, en gran parte gracias a que aprendió rápidamente el idioma.
Comentó: "La mayoría de los jugadores hablaban bien inglés. El entrenador, Kim Gi-dong, me hablaba a través de un traductor, aunque en el segundo año aprendió algunas palabras en inglés. ¿Pero sabes qué? Mi coreano era bueno. Lo aprendí de un joven jugador llamado Ham Sun-woo”.
"Cuando me incorporé para mi primera pretemporada, venía a mi habitación. No hablaba inglés, pero estaba ahí, probándome los sombreros y mirando mi reloj. Tenía buena energía, buena onda, y conectamos perfectamente. Al principio, hablábamos a través del traductor, pero él captaba las palabras que yo decía y yo las suyas en coreano. Así aprendí yo, solo a través de él. Y él aprendió inglés a través de mí. Con el tiempo, podíamos ir a cenar solos porque podíamos comunicarnos”.