Por su parte, Facebook, la empresa matriz a la que pertenece Instagram, ha reconocido que los mecanismos de supervisión y aplicación de sus normas de conducta no son ni mucho menos infalibles, pero también ha asegurado que, en cualquier caso, el equipo humano encargado de tales tareas suele corregir con la mayor celeridad posible los fallos puntuales que pueda cometer el sistema.
Lo que no han explicado ninguna de las dos firmas, de momento, es si la retirada de la mencionada grabación ha sido resultado de su propia iniciativa o de alguna queja emitida por alguno de sus millones de usuarios. Sin embargo, poco parece importarle esta cuestión al indignado dueño de la pescadería, Rex Goldsmith, quien ha calificado de "surrealista" la ya solventada sanción impuesta por Instagram.