Las principales firmas de análisis de renta variable de Wall Street están redefiniendo sus estrategias a medida que empresas privadas como OpenAI crecen tanto e influyen tanto que los inversores exigen el mismo nivel de información que tradicionalmente se reservaba para las empresas públicas.
Bancos como Morgan Stanley, JPMorgan, Citigroup y UBS están ampliando la cobertura formal de activos privados. Este cambio, según Bloomberg, está impulsado directamente por el enorme impacto en el mercado del fabricante de ChatGPT y el temor de los inversores a perderse el próximo gran avance en IA.
Citigroup, por ejemplo, ha contratado al veterano analista tecnológico Heath Terry para dirigir la cobertura de empresas privadas, mientras que JPMorgan publicó recientemente una nota introductoria de análisis profundo sobre OpenAI.
La razón es doble: los clientes quieren invertir directamente en estas empresas o comprender cómo amenazan a las empresas públicas que ya tienen en sus carteras. Con OpenAI y SpaceX valoradas a niveles comparables a los del máximo índice S+P 500, los bancos afirman que ignorarlas ya no es una opción.
La tendencia también se está acelerando a medida que más gigantes tecnológicos permanecen privados durante más tiempo, lo que reduce la oferta de nuevas OPV y obliga a los departamentos de investigación a buscar crecimiento en otras áreas.
UBS ya ha perfilado aproximadamente 1400 empresas privadas y ha creado una red de más de 2400 fundadores para facilitar el acceso de los inversores.
Morgan Stanley ha convertido a los analistas de renta variable pública en especialistas en empresas privadas y ha lanzado un nuevo producto dedicado al análisis de firmas como Neuralink y Shein.
Cubrir los mercados privados es más difícil: no hay presentaciones trimestrales, hay pocas métricas estandarizadas y la investigación a menudo requiere trabajo de campo, entrevistas con expertos y datos propios.
Sin embargo, los analistas consideran esta complejidad como una protección contra la automatización impulsada por la IA, ya que la información profundamente cualitativa y de origen humano es difícil de replicar para los modelos. Con casi 1.600 unicornios globales que valen en conjunto 6,5 billones de dólares, Wall Street ahora ve la investigación de activos privados no solo como algo complementario, sino esencial.