La política, que entrará en vigor el 10 de diciembre, exigirá a las empresas de redes sociales que tomen "medidas razonables" para impedir que los menores australianos creen cuentas y para desactivar las existentes.
Los ministros afirman que la medida tiene como objetivo reducir el impacto negativo de las plataformas en línea en los niños, y se ha descrito como una primicia mundial que está siendo supervisada de cerca por gobiernos extranjeros. El gobierno federal solicitó al Sistema de Certificación de Verificación de Edad, con sede en el Reino Unido, que examinara cómo se podría implementar la prohibición.
Su informe final evaluó diversos enfoques, como la aprobación de los padres, el uso de documentos gubernamentales y la estimación de la edad basada en rasgos faciales, gestos o comportamiento.
El nuevo informe afirmaba: “Sin embargo, no encontramos una única solución universal que se adaptara a todos los casos de uso, ni encontramos soluciones que garantizaran su eficacia en todas las implementaciones”.
Se determinó que la verificación de documentos de identidad era el método más preciso, pero los investigadores advirtieron que las plataformas podrían retener los datos más tiempo del necesario o compartirlos con los organismos reguladores, lo que expondría a los usuarios a riesgos de privacidad.
Australia ha sufrido varias filtraciones de datos de gran repercusión en los últimos años, con información personal robada que se vendió o publicó en línea.
El estudio reveló que la tecnología de evaluación facial era 92% de precisión para usuarios mayores de 18 años, pero mucho menos fiable para quienes se acercan al límite de edad.
Se indicó que la "zona de seguridad" (de dos a tres años antes y después de los 16) podría dar lugar a falsos positivos que permitan el acceso de menores a las plataformas, o falsos negativos que excluyan a usuarios legítimos.
Los métodos de aprobación parental también plantearon preocupaciones sobre la privacidad y la precisión.
Se recomendó la aplicación de múltiples enfoques para crear el sistema más robusto, y se señaló que los proveedores de tecnología ya estaban trabajando en formas de abordar la elusión, como documentos falsificados o VPN que ocultan la ubicación del usuario.
La ministra de Comunicaciones, Anika Wells, declaró: "No había una solución única para todos. El informe demostró que las comprobaciones de edad podían ser privadas, eficientes y eficaces.
"Estas son algunas de las empresas más ricas del mundo. Están a la vanguardia de la IA. Utilizan los datos que les proporcionamos para una gran variedad de fines comerciales. Creo que es razonable pedirles que utilicen esos mismos datos y tecnología para mantener a los niños seguros en línea.
No hay excusa para que las plataformas de redes sociales no tengan una combinación de métodos de verificación de edad en sus plataformas, lista para el 10 de diciembre.
Las empresas se enfrentan a multas de hasta 50 millones de dólares australianos (25,7 millones de libras; 32,5 millones de dólares) si no cumplen con la prohibición.
Facebook, Instagram, Snapchat y YouTube se encuentran entre las plataformas afectadas.
Las encuestas sugieren que la mayoría de los adultos australianos apoyan la medida, aunque algunos defensores de la salud mental argumentan que podría aislar a los jóvenes o conducirlos a zonas de internet menos reguladas.
Otros han pedido, en cambio, una vigilancia más estricta del contenido dañino y una mejor educación para preparar a los niños para la vida en línea.