Dirigía el instituto desde julio de 2023, pero su puesto se vio sometido a presión después de que el secretario de tecnología, Peter Kyle, ordenara al instituto reorientar su trabajo hacia la defensa y advirtiera que podría retirarle la financiación gubernamental si no cumplía.

Esta decisión provocó descontento interno y una denuncia ante la Comisión de Beneficencia.

La Dra. Innes anunció su dimisión del prestigioso instituto, ya que este "completa el actual programa de transformación".

Añadió que era el momento oportuno para un nuevo liderazgo en el centro. Un portavoz del Departamento de Ciencia, Innovación y Tecnología declaró: “El secretario de tecnología ha sido claro en la necesidad de que el instituto ofrezca una buena relación calidad-precio y el máximo impacto para los contribuyentes, y continuaremos trabajando para apoyar esa ambición”.

El personal que presentó la denuncia declaró a la BBC que la salida del Dr. Innes fue solo el «primer paso» de los cambios en el instituto.

Añadieron: “Con el resto de nuestros 100 millones de libras de financiación pública aún en juego, la prioridad ahora es garantizar que la reestructuración del liderazgo que debería seguir, tanto de la junta directiva como del ejecutivo, pueda generar la confianza del personal, el gobierno, los reguladores y, sobre todo, de la nación”.

El Instituto Alan Turing confirmó que su junta directiva nombrará a un nuevo director ejecutivo para liderar la «siguiente fase» de su trabajo, priorizando la defensa, la seguridad nacional y las capacidades soberanas.

Fundado en 2015 y con sede en la Biblioteca Británica de Londres, el instituto ha sido considerado el principal centro de investigación en IA y ciencia de datos del Reino Unido. Su trabajo anterior abarcaba áreas como la sostenibilidad ambiental, la salud y la IA responsable, pero el gobierno ahora quiere que la defensa y la seguridad sean su principal prioridad.

En julio, el Sr. Kyle escribió al instituto para insistir en que fortalecer la capacidad de IA del Reino Unido para uso militar y de seguridad era "crucial" y debía ser el eje central de sus actividades.

Sugirió una reestructuración del equipo directivo para reflejar un "propósito renovado", advirtiendo que una mayor inversión gubernamental dependería del cumplimiento de la visión que él mismo planteó.

La intervención se produjo tras el compromiso del primer ministro Sir Keir Starmer de aumentar el gasto en defensa al 5% de la renta nacional para 2035, incluyendo una mayor inversión en IA militar.

A finales de 2024, 93 miembros del personal firmaron una carta en la que expresaban su desconfianza en la dirección del instituto.

Una denuncia posterior por irregularidades citó "preocupaciones serias y crecientes" tras la amenaza de retirar la financiación.

La dirección reconoció posteriormente que los últimos meses habían sido "difíciles".