El golfista de 25 años debutó en la competición tan solo tres meses después de convertirse en profesional en 2023 y admitió que nada lo habría preparado para la intensa atmósfera. Declaró a la revista Golf Monthly: “En la universidad, no jugamos frente a público, así que fue algo completamente nuevo para mí. Recuerdo sentirme abrumado a veces y tener que tomarme un par de minutos para mí, solo para respirar y asegurarme de que estaba bien”.
Pero el sueco se sintió “afortunado” de que el torneo se celebrara en Italia, lo que le dio a Europa una ventaja sobre sus rivales estadounidenses: “Tuve la suerte de que mi primera Ryder Cup fuera en casa, así que la mayoría de los aficionados nos animaban, y eso lo hizo un poco más fácil”.
A pesar de acumular una gran experiencia desde la Ryder Cup, Ludvig aún no ha experimentado un ambiente de la misma magnitud: “Esa multitud nos hizo sentir como estrellas de rock al acercarnos a los tees de salida, y no solo nunca lo había experimentado antes, sino que tampoco lo he vuelto a sentir desde entonces.
Ni siquiera en un Major Championship se consigue ese ambiente”.