El número uno británico no ha jugado desde que perdió contra Marin Cilic en Wimbledon el mes pasado, pero afirma que estará listo para el último Grand Slam del año tras perderse los Abiertos de Canadá y Cincinnati mientras se centra en su recuperación.
Draper declaró a la LTA: "Descubrí que tenía una lesión en el brazo, con la que llevaba un tiempo jugando. Los médicos y mi equipo me aconsejaron que necesitaba un descanso. Tuve unos días libres, así que me relajé y me despejé del tenis. Después, me sentí muy motivado para volver, hacer un buen bloque de preparación física y trabajar duro físicamente para lograr buenos resultados".
“Regresé al tenis poco a poco para proteger mi brazo, pero han sido unas semanas muy productivas. Fue decepcionante perderme Toronto y Cincinnati, pero creo que ha sido un buen periodo para reflexionar y mejorar. Tengo muchas ganas de ir al US Open, y estoy en un gran momento tanto a nivel personal como tenístico. Me siento renovado, motivado y con muchas ganas de volver a jugar”, abundó.
Draper llegó a semifinales del US Open el año pasado y aspira a llegar más lejos en Flushing Meadows esta vez, en busca de su primer título de Grand Slam.
El número cinco del mundo, valoró: "El US Open del año pasado fue increíble; lo recuerdo con recuerdos muy positivos. Me dio mucha confianza y me preparó para lo que me esperaba el resto del año y también para el comienzo de este".
Ganar cinco partidos al mejor de cinco sets contra los mejores jugadores del mundo en los escenarios más importantes me infunde mucha confianza. Fue un momento importante para mí, probablemente uno de los más importantes de mi carrera hasta ahora. Para mí, el ambiente del US Open es el mejor. Me encanta la dinámica del público, el bullicio, y disfruto muchísimo del entorno y de todo lo que ofrece. Es una afición animada y llena de energía, y eso me llena de energía, sin duda”, concluyó.