La defensa de 33 años, diagnosticada con TDAH y autismo hace cuatro años, era una niña tímida como un dolor, y le encantaba practicar deporte porque no tenía que hablar con los demás, pero aun así tenía un sentido de pertenencia.
En el nuevo número de la revista Women's Health, declaró: "Me enamoré del fútbol porque me encantaba que [mi hermano Jorge] lo practicara, y luego me encantaba estar en un equipo. Era tímida como un dolor y el deporte era la única forma que conocía de conectar con la gente. Ya tienes un punto en común: juegas al fútbol y quieres ganar”.
"No necesitas decir nada más; no necesitas dar explicaciones. Creo que por eso me encanta el deporte, porque era obvio lo que intentaba hacer sin siquiera hablar”, añadió
Aunque la madre de Lucy no buscó un diagnóstico cuando sintió que su hija era neurodivergente de niña, la jugadora del Chelsea descubrió mucho sobre sí misma cuando recibió el informe de un psicólogo que confirmaba su TDAH y autismo: “Mi madre lo expresó de una forma tan positiva que nunca lo vi como algo negativo. Decía: ‘Tu forma de actuar es solo tú, eres Lucy y eso forma parte de ti’. Pero luego, al leer el informe del psicólogo, pensé: ‘¡Guau, así soy yo! Por eso, tantas veces la gente no entiende lo que intento decir ni cómo me percibo’. Siempre hablo de ser incomprendida, y creo que yo también fui incomprendida”.