Declaró a Boxing News: “Creo que este será mi último año de pelea, pero nunca se sabe; lo iré pelea a pelea. Pero es muy probable que este sea mi último año de pelea. Y no es por mi físico, porque todavía estoy en mi mejor momento, sino porque no quiero seguir recibiendo más golpes de los necesarios”.
“No se trata solo de las noches de pelea, sino también de los entrenamientos. Quiero llevar una vida sana después del boxeo, así que soy un poco precavido con ese aspecto”, añadió.
Leigh pasó casi una década con el legendario entrenador Brendan Ingle, y fueron sus consejos los que le hicieron tener cuidado de evitar recibir tantos golpes en la cabeza como fuera posible, sobre todo durante los entrenamientos: "En realidad no hacíamos sparring de cabeza, solo mucho sparring corporal. Solo hacía entre 12 y 18 asaltos de sparring de cabeza antes de cada pelea, lo cual no es nada”.
“Brendan siempre decía: 'Mira a Muhammad Ali, acabó con párkinson y un traumatismo craneoencefálico'. Ali apenas recibía golpes en la mayoría de sus peleas, pero entrenaba unos 12 asaltos al día”, explicó.
“Incluso ahora, nunca entreno sparring de cabeza entre mis entrenamientos. He recibido castigos en algunas de mis peleas, pero después siempre me meto en cámaras hiperbáricas, donde se supone que la presión de oxígeno es buena para la recuperación cerebral. Pero al final, sigues recibiendo puñetazos en la cabeza, así que tienes que limitar eso en algún momento”, añadió.