El golfista de 27 años ganó su segunda Chaqueta Verde en tres años con una victoria de cuatro golpes sobre Ludvig Aberg en el Augusta National, pero su fe le hizo sentirse ganador pase lo que pase.

En una conferencia de prensa después de la ceremonia de presentación, dijo: “Mis amigos me dijeron esta mañana que mi victoria estaba asegurada en la cruz. Y ese es un sentimiento bastante especial; saber que estoy seguro para siempre y que no importa si gano este torneo o lo pierdo. Mi identidad estará segura para siempre”.

La fe de Scottie lo ayudó en su ronda final y está decidido a usar su "talento" para "la gloria de Dios”: "Sí, quiero decir, creo que los planes de hoy ya se trazaron hace muchos años, y no pude hacer nada para arruinarlos. Se me ha dado el don de este talento y lo uso para la gloria de Dios. Eso es prácticamente todo. Entonces, cuando estoy ahí, trato de competir lo mejor que puedo”.

“Como dije, tengo muchas ganas de ganar. Siento que así fue como fui diseñado. He sido así desde que era un niño. Eso siempre ha sido parte de mí y no creo que deba desaparecer pronto. Tampoco creo que haya nada malo en eso. Al final del día, como dije, mi identidad ya está segura y puedo venir aquí y competir, divertirme, disfrutarlo; y luego, al final del día, gane o pierda, mi identidad está segura”.

Y su esposa Meredith había estado "rezando" por apoyo para su marido antes del último día del torneo: “Ella envió muchas oraciones. Mi cuello me estaba molestando un poco. Ella simplemente oró por algo de curación y oró por mucha paz ahí fuera. Tuve una buena conversación con mis amigos esta mañana sobre la victoria y que la victoria ya estaba asegurada”.