Don declaró a la revista Boxing News: "En todos los años que he visto boxeo, nunca he visto que un golpe que llegara allí fuera calificado como bajo. Estábamos muy, muy decepcionados con lo que pasó en Polonia, pero creo en Dios. Cuando las cosas salen mal, la gente piensa que es el fin del mundo. Yo no. Creo que todo es parte del plan de Dios”

“Si hubiéramos ganado la primera pelea, Daniel habría tenido tres cinturones y quién sabe si se los habrían repartido. Esta vez es por el título indiscutible. Esta es una pelea mucho más importante ahora”, añadió.

El entrenador cree que Daniel está mucho mejor preparado para la próxima revancha: "Daniel tenía 25 años cuando empezamos a trabajar juntos y ahora tiene 27". Ha madurado. Ha superado su miedo. La compañía que frecuenta le ayuda. Inconscientemente, uno se adapta a su entorno y su padre hizo un trabajo excelente con él. Tiene esa ética de trabajo de su padre, quien lo crio desde los seis años...

Las duras luchas que hemos tenido le han fortalecido la confianza a lo largo del camino. La confianza y la seguridad están ahí. Le hemos dicho a Daniel: 'Si haces X, Y, Z, esto sucederá', y así ha sucedido”.