En una reciente entrevista con WIRED, Adler relató una crisis interna ocurrida en OpenAI en 2021, cuando su equipo descubrió que los usuarios estaban induciendo a GPT-3 a generar contenido erótico y, en ocasiones, perturbador.

Afirmó:

'Una cantidad preocupante de este tráfico degeneraba en todo tipo de fantasías sexuales. Incluso si no tenías la intención de acceder a un sitio de juegos de rol eróticos o a cierto tipo de fantasías, la IA podría llevarte allí'.

El problema, explicó, revelaba una dificultad más profunda:

'Nadie entiende realmente cómo orientar de forma fiable los sistemas de IA en una dirección determinada'.

En aquel momento, OpenAI respondió prohibiendo el contenido erótico en todas sus plataformas.

Sin embargo, en octubre de 2025, el director ejecutivo, Sam Altman, anunció que la empresa levantaría esa restricción, alegando mejoras en las herramientas de seguridad y nuevos sistemas de moderación.

Adler cuestionó esa seguridad, diciendo:

'Afirma que los problemas se han mitigado. ¿En qué nos basamos para creer que estos problemas se han solucionado? ¿Qué puede hacer un ciudadano común aparte de creerles a las empresas de IA?'

El escepticismo de Adler se debe en parte a datos que muestran que millones de usuarios de ChatGPT podrían estar presentando síntomas de problemas de salud mental.

Advirtió:

'No parece el momento adecuado para introducir este tema sexual en estas conversaciones'.

Si bien Adler enfatizó que cree que OpenAI quiere abordar estos problemas de manera responsable, instó a la compañía a publicar informes de transparencia periódicos para 'generar confianza entre el público'.