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Nemanja Matic, de 37 años, abierto a ser entrenador, pero aún no piensa en retirarse

Nemanja Matic, de 37 años, abierto a ser entrenador, pero aún no piensa en retirarse

Nemanja Matic espera convertirse en entrenador cuando se retire del fútbol.

El centrocampista de 37 años, que disputó más de 120 partidos con el Chelsea y el Manchester United, cree que podría jugar hasta los 40 años tras fichar por el Sassuolo este verano, tras sus últimas etapas en la Roma, el Rennes y el Lyon, pero aún piensa en el futuro.

Declaró a la revista FourFourTwo: "Podría ser entrenador algún día. He tenido entrenadores de primer nivel en mi carrera y he aprendido mucho de ellos. Mi experiencia en diferentes países también puede ayudar. He conocido a muchas personas diferentes de diversas partes del mundo y espero que pueda usar esa experiencia para ayudar a los equipos que entrene en el futuro. Pero por ahora me siento bien como jugador; no creo que pare en los próximos dos años".

Uno de esos entrenadores es José Mourinho, con quien trabajó en el Chelsea, el United y la Roma.

Le gustaba el enfoque de gestión tradicional del Especial, mientras que el técnico, a su vez, trabajaba bien con jugadores que podían soportar su carácter más duro: "Estuvo descontento conmigo varias veces, pero teníamos buena conexión porque José es de la vieja escuela. Le hablo como le hablo a mi padre. Le gustan los jugadores que no son niños y que saben aceptar las críticas. No siempre fue fácil con él. Yo hacía todo lo posible, pero él me decía, ‘jugaste una mierda’. En el fondo, sabía que le gustaba”.

También cambió la Premier League —un poco provocador— e hizo el futbol más interesante.

Matic también elogió al exentrenador del United, Ole Gunnar Solskjaer, quien sucedió a Mourinho en los Diablos Rojos y devolvió a su antiguo club a la cima de la tabla.

El centrocampista serbio no era la "primera opción" del entrenador, pero aun así le tenía respeto: "Él y sus asistentes entendían el fútbol; el entrenamiento era perfecto y tenían cada detalle preparado para nosotros. Lo sentí porque Ole era un gran tipo e íbamos camino de hacer algo grande. No era su primera opción en el mediocampo y nunca me gustó un entrenador cuando no jugaba; me peleaba con ellos. Pero Ole fue el primer entrenador con el que no me peleé. Reunió a los jugadores que no estaban en el once inicial. Sabía que el club y la afición lo querían”.

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